Varsovia siempre ha sido, y es, una ciudad excitante, dinámica, llena de vida. Independientemente de los distintos giros de la historia, siempre ha tenido las características propias de las capitales europeas occidentales.

Su excepcionalidad consiste en el espíritu juvenil que permanentemente ha predominado en ella durante siglos, de igual modo que lo hace en el presente. Varsovia una mezcla de lo antiguo con lo nuevo, tanto en el sentido espiritual como en su aspecto exterior, ya que aquí se respeta la tradición, pero también se camina rápido hacia adelante, hacia el futuro.

Tras los enormes detrozos de la época de la II Guerra Mundial, gracias a un esfuerzo extraordinario por parte de todo el pueblo, Varsovia fue en parte reconstruida. La Ciudad Vieja, su centro histórico y, a la vez, corazón de la capital fue restaurada casi desde sus cimientos con tanto esmero que motivaron a la UNESCO a declararla excepcionalmente, como único caso en el mundo de reconstrucción, Patrimonio de Humanidad.

Varsovia no es solamente la sede del gobierno de la nación, sino también el mayor centro científico y cultural de Polonia. En sus 35 centros de enseñanza superior privados en los 20 públicos, así como en varias decenas de institutos científicos, estudian más de 220.000 estudiantes. Es la ciudad de la juventud. Asimismo es mucha la gente que acude a los centros de arte y cultura como la ópera, la opereta, la filarmónica o los 28 teatros, 35 museos y 60 galerías de arte que existen aquí.

Varsovia es un centro urbano que se desarrolla con gran dinamismo, con numerosos hoteles de lujo, tiendas elegantes y diversos servicios. Si te interesa el teatro, te gusta buena cocina, ir de compras y te gusta visitar los museos y mercadillos, ninguna otra ciudad polaca podrá ofrecerte tanta variedad como Varsovia.